Feliz año nuevo... y otras palabras extrañas.

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Quería comenzar diciéndoles un feliz año a todos y que lo hayan pasado con todos sus seres queridos, que lo hayan disfrutado y tengan muchas metas y objetivos por cumplir.
Cómo verán, este último año actualicé el blog muy poco. Y siempre prometí tenerles una entrada explicándoles las razones pero nunca me sentía del todo bien para hacerlo. 
El 2017 fue un año muy particular. Digamos que salí de mi zona de confort. ¿Nunca les dijeron que ahí se encuentra la magia? ¿Lo extraordinario?
Dentro de lo típica que es la vida académica de un universitario, la falta de tiempo para leer y/o reseñar, el estudio y cursado, me pasaron cosas que jamás imaginé que me iban a suceder. Tanto buenas como malas. Pero más malas que las primeras. Y por esa razón las cosas buenas que me pasaron, que fueron hermosas y enormes, no las puse disfrutar como hubiera querido. 
Entre esas cosas, el blog lo dejé muy de lado, ya sea por falta de tiempo y sueño o porque no me sentía con ganas de escribir y compartir nada. Solamente que las cosas en mi vida se arreglen.
Fue un año de muchas decepciones, muchas lecciones a los golpes y porque me los propuse. Un año de muchísimas lágrimas, pero muchísimas, y de corazones rotos y muy heridos. Cometí los mil y un errores. Pero aprendí mucho. Y crecí. El dolor está ahí pero me gusta como cambié. Se podría decir que no soy la misma persona de hace un año atrás. Estoy satisfecha de las cosas que hice, que entregué todo y di todo de mi y que, para bien o para mal, no había más nada para hacer.
Y si, aprendí que a veces por más que nos esforcemos las cosas que queremos no suceden. Y si suceden van a suceder como tengan que serlo y no como queramos nosotros.  Aprendí y entendí esa frase que para encontrarnos, hay que perdernos. Y me perdí demasiado. Estaba asustada y desolada. Y a pesar de que hoy estoy segura que estoy en el camino, aunque no sepa a dónde me lleva, es el camino en que quiero estar y sigo encontrándome y conociéndome. Aprendí que hay que soltar para avanzar, que hay que dejar ir ciertas cosas o personas. Porque no hay que obligar a nadie a quedarse. No hay que obligar ni insistir a nadie a querernos. Que si damos una sonrisa, nos merecemos una de vuelta.Que nuestra felicidad no depende de nadie, solo de nosotros mismos. Que las personas es que más confías te van a decepcionar y lastimar de la manera más cruel. Pero que el mundo no se termina ahí.
Me di cuenta porque me gustaban tanto los libros. Porque amo tanto leer. Porque te alejan la realidad y en cierto modo te ayudan a sanar. El año pasado había subido una entrada de que los libros daban esperanzas. Y hoy lo vuelvo a decir y a re-valorizar. Y además de eso, estaba viviendo (y vivo) mi propia historia. No es de mí genero literario favorito ni mucho menos lo que me esperaba. Pero las cosas no suceden por casualidad, por más que hoy no las entienda de ninguna forma.
En esa odisea que no fue para nada linda, tuve momentos gloriosos, hice muchas cosas nuevas y muchas me atreví hacerlas aunque tenía miedo o no estaba muy segura. Los libros me acompañaron siempre aunque no haya subido muy seguido. Pero más de una vez me ayudaron a sobrellevar momentos. Tuve y tengo personas que sin saberlo, también me ayudaron mucho y me hacen sentir que soy invencible. Y me doy cuenta ahora de porque las conocí en este año y no en otro momento de mi vida. Cómo así también hubo personas que me hirieron y me mintieron más de lo debido y jamás me lo esperé.
Empecé a leer otros géneros. Fue un año que leí de todo. Y me gustó más de lo que imaginaba.
Hoy en día no sé que me depara el futuro. Intento curarme de todo y aunque no lo comparta, leo bastante dentro de lo que puedo porque me ayuda. A veces no basta porque mi cabeza empieza a pensar y mi corazón a doler. Pero les comparto esto porque decirlas cosas que uno siente y les pesan en el alma, es otra forma de curarse. De paso agradecerle a Cristian Berardo, entre tantas personas hermosas que conocí gracias a este medio, por ayudarme, escucharme y aconsejarme. Y por si alguien, que esté pasando por algún momento en el que siento que se le derrumba todo, lea esto, deseo que lo ayude al menos un poquito.
Ojalá todo se mejore. Y que las experiencias magnificas que tuve en el 2017, se tripliquen. Confío en que si. Hay que respetar el tiempo. Y dejar que cada cosa tome su lugar.
Mientras tanto, un buen libro en las manos.
Y que tengan un lindo año.
Anto

10 comentarios:

  1. Qué entrada más bonita, me ha encantado, gracias por explicarte, pese a que no era necesario. Me alegro de que ahora estés mejor y que todas las cosas negativas hayan servido. Me alegra de que pese a haber caído tantas veces, hayas vuelto a levantarte. Espero que este año tengamos más noticias tuyas.

    Un saludo y feliz año nuevo,
    Laura.

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  2. que tal yo soy el autor de esta novela https://www.chiadoeditorial.es/libreria/neoapocalipsis y me gustaria ver si la pueden criticar me sentiria muy honrado

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